La contaminación lumínica es una forma de contaminación ambiental que surge a raíz de la utilización de alumbrado artificial exterior para permitir la actividad humana en ausencia de luz diurna.
Una configuración no adecuada de luminarias, dirigiendo parte del flujo de luz hacia el firmamento (parámetro conocido como % Flujo al Hemisferio Superior, o FHS) incrementa innecesariamente la contaminación lumínica, generando un resplandor en el cielo nocturno que impide la visualización de los astros, privando así a la mayoría de la población de poder disfrutar de este patrimonio natural a la vez que altera los ciclos vitales de animales y plantas. La utilización de emisores de luz de longitud de onda corta también afecta negativamente la contaminación lumínica debido a su alta capacidad de dispersión en la atmosfera.
Hasta hace unos años, la opción más implementada en alumbrado exterior ha sido el uso de lámparas de descarga. En la actualidad, estas se están substituyendo por otras de la nueva tecnología LED. Esta tecnología, además de una notable reducción de la potencia necesaria para producir la misma cantidad de luz, permite una focalización más efectiva del haz luminoso hacia la zona objetivo, permitiendo porcentajes de FHS muy reducidos. También permite la elección de diferentes temperaturas de color, siendo las más cálidas aquellas que emiten menor fracción de luz en longitud de onda corta o incluso evitando completamente la emisión de longitud de onda corta como es el caso del LED PC-Ámbar.
Para fomentar la renovación de alumbrado exterior con el objetivo de reducir la contaminación lumínica, a la vez de reducir el consumo energético, la Generalitat de Catalunya tiene en su marco normativo el distintivo de Espacios de Cielo Nocturno de Calidad (ECNQ), el cual se otorga como marca de prestigio a ubicaciones con poca contaminación lumínica cuyos ayuntamientos se comprometan a mantener o incluso mejorar dicha calidad de cielo nocturno realizando actuaciones de mejora en el alumbrado. Para facilitar a los municipios obtener la distinción ECNQ, la Diputació de Barcelona creó en 2019 un servicio de asesoramiento durante todo el proceso, desde las mediciones necesarias hasta la redacción de planes de gestión, que incluyen una planificación para la mejora de las instalaciones de alumbrado y acciones de promoción del cielo estrellado.
Como prueba del éxito de colaboración entre las diferentes administraciones implicadas actualmente se han declarado 4 espacios ECNQ en 3 municipios, con otros 2 municipios en vías de solicitud. Estas adhesiones implicarán una inversión por parte de los ayuntamientos de 428.202,06€ en renovación del alumbrado público, que a su turno se traducirá en un ahorro energético anual de 289.390 kWh que se traducen a un ahorro de emisiones de 108 t CO2 eq.